Del fuego que seremos, tras un lente renovador
Vivian Monteagudo Cajina
Del fuego que seremos, documental nicaragüense que resultó uno de los diez proyectos seleccionados a participar en el Segundo Cinergia Lab (Taller de Construcción y Análisis de Proyectos Cinematográficos) que se efectuará en Costa Rica, del 2 al 14 de julio de 2013. Al respecto, su directora, Gloria Carrión y productora, Natalia Hernández comentan sobre el hecho de formar parte de este evento y enfrentarse al reto de crear un largometraje – documental.
El documental será el único que represente a Nicaragua en el Cinergia Lab, que constituye el motor impulsor en la formación de una carpeta de producción, desde el punto de vista del guión, dirección y producción, lo cual permitirá una organización del proyecto, y a su vez, la posibilidad de contar con el respaldo de futuros financiadores.
…el lente renovador y su proceso fílmico
Al conversar con las realizadoras sobre este documental, aseguraron su propósito de contar una buena historia a través de formas innovadoras, con una perspectiva diferente, pues el proyecto en sí mismo hace uso de elementos creativos en cuanto al manejo del archivo, sonido y la puesta en escena.
Lo novedoso parte del hecho de cómo narrar la historia, atendiendo al tratamiento del lenguaje, y a su vez, esa combinación entre ficción, puesta en escena, y el estilo documentalista, aunque no se trata de un proyecto tradicional, sino que, “intentamos sacudir el escenario del cine documental nicaragüense”.
Para crear este estado de originalidad, las jóvenes cineastas hacen uso del cine de metraje encontrado, muy poco usado en Nicaragua y a nivel centroamericano, técnica que a través del encuadre logra una construcción de la realidad, poniendo en cuestión determinado contexto, para mezclarse con la ficción y producir una armonía entre sonido e imagen, según refieren.
Con una realización distinta, que atrape al espectador, Natalia y Gloria, se concentran en construir algo “totalmente híbrido, crear un objeto no identificado en el cine documental, propuesta diferente, y no solo a nivel local, sino también regional, pues este tipo de género en Centroamérica se ha caracterizado por ser tímido, casi nunca, está presente el “yo”. Precisamente pretendemos poner en evidencia lo que otras propuestas excluyen. Hay una subjetividad que parte del “yo”, que se conecta con el contexto nacional, e incluso internacional, esa unidad del individuo y de su relación con el todo, es lo que intentamos mostrar”.
“Del fuego que seremos parte de una historia personal y familiar, en el contexto actual de Nicaragua. La historia debía ser contada aquí. La cinta utiliza archivo público y familiar, desde la perspectiva de metraje encontrado. La idea se desenvuelve a partir de la primera persona, que luego se va estructurando y relacionando con el contexto social.
Nos encontramos en una etapa inicial del proyecto, tenemos algunas secuencias y parte del rodaje, pero lo más fuerte de la producción vendrá cuando tengamos los fondos suficientes para efectuar el desarrollo del documental”.
Con probabilidades de firmar este año o a inicios de 2014 para exhibir la película en el 2015, además de presentarla en todos los festivales que la acepten, son los planes de las realizadoras.
Si de innovar se trata…
Queremos innovar en la forma de cómo nos planteamos, no solo el hecho de vender la historia, sino también cómo trabajarla, mantener la lógica de los argumentos, y que el público pueda vincularse con el tema, somos responsables de conquistar esa capacidad de identificación.
“En nuestra ciudad existen muchísimas historias. Nicaragua es tremendamente cinematográfica, se trata de valorar las cosas que no han sido vistas, desde diferentes perspectivas. Y el cine documental tiene esa mirada renovadora sobre la realidad, nos permite contar algo totalmente distinto y sensible de nuestras experiencias”.
De la producción nicaragüense
Para Natalia y Gloria, lo importante es organizarse, elegir el tema, comprometerse con el proyecto y ejecutarlo de la mejor manera que se pueda. Por otra parte, “adquirir conocimientos y experiencias de ahora en adelante, pues cada cosa que hagamos eso va a representar. Claro que siempre será un reto, sin embargo, las ventajas son cada vez mayores, vemos a más personas preparadas en este medio, percibimos la gestación de un movimiento cinematográfico incipiente, que va adquiriendo mucha fuerza; a pesar de las escaseces, la falta de una industria cinematográfica bien establecida, se contrapone la creatividad y buenas ideas de muchos cineastas nicaragüenses”.
A estas jóvenes cineastas les impulsa el deseo de crear con calidad y asumen los retos que conlleva lograr el resultado final, entre ellos, la distribución, vender la película. Asimismo, uno de sus mayores incentivos es formar parte de esta historia y de la manera en que será narrada.
Con un equipo pequeño de trabajo, las realizadoras aceptan con orgullo esta oportunidad de estar incluidas en el Cinergia Lab, guiadas por especialistas de la industria cinematográfica latinoamericana, lo cual reconocen como un paso trascendente en su producción.
Satisfechas con el proyecto desarrollado hasta el momento, señalan que lo importante es atreverse a decir “yo”, y sugerir las sutilezas del lenguaje audiovisual, a través del documental.
Estas nuevas generaciones promotoras del cine nicaragüense, no solo emprenden el sacrificio de una realización cinematográfica, sino que insisten en lograr que el espectador reflexione y se identifique con su obra.