Loading...

Cinemateca Nacional Nicaragua

Viaje a los orígenes


…“
ser parte de un país multiétnico, indistintamente de si eres mestizo, afrodescendiente, miskito, conocer a otras personas que comparten una misma nacionalidad, te hace entender mejor las contradicciones, te enriquece.  Nuestra aspiración es que el público en general vea el documental y se identifique con el orgullo que sienten los garífunas de serlo”…  Martha Clarissa Hernández, co-directora de Lubaraun

 

 

Vivian Monteagudo Cajina 

Cuando las conocí, entendí en primera instancia que la actividad creativa las mueve y domina todo el tiempo. Conversar con ellas siempre toma algunas horas y espacios, sobre todo, si los temas centrales son: afrodescendencia, orígenes, historia, los contenidos giran en torno a la Costa Caribe de Nicaragua, su lugar de atención por excelencia.

Con su última producción, Lubaraun, al encuentro de… María José Álvarez y Martha Clarissa Hernández, al frente de la productora audiovisual Luna Films, fortalecen el desarrollo documental nicaragüense.

Lady Marshall (1994); The Black Creoles, memories and identities (2011) son antecedentes claves para entender este gran proyecto en el que están involucradas, Cultura Caribe, que consiste en hacer una película sobre los distintos pueblos de la Costa Caribe de Nicaragua. Ambas realizadoras sostienen que, en la medida que se adentran en la investigación, concluyen que no basta con  un trabajo, sino que se desprenden varios filmes, debido al mestizaje y la diversidad de estas zonas del país, un abanico de temas importantes y desconocidos a la vez.

Al encuentro de… 

La idea de hacer un trabajo sobre los afrodescendientes de la Costa Caribe, es bastante antigua, vino desde 2003, comenzamos la escritura, tuvimos varias versiones, un par de años nos tomó la búsqueda de financiamiento. Ya para 2006, nos dispusimos supuestamente a comenzar un documental sobre los afrodescendientes nicaragüenses, y durante la investigación de campo, comprendimos que se trataba de dos piezas diferentes, afirma María José Álvarez, co-directora del documental.

Ambas realizadoras definen la claridad temática de las obras, en tanto The Black Creole, plantea la llegada de los negros al Caribe de Nicaragua y la formación del creole, así como la mezcla de los africanos con europeos, indios de la región, principalmente, mientras que los garífunas, con su historia de vieja data, rescatan el vigor de saberse descendientes de negros, que nunca fueron esclavos.

“Ellos nos contaron su historia. Intelectuales, ancianos, jóvenes, etc. Hubo una investigación bibliográfica previa, proceso que duró seis meses, claro estaba pensado para un proyecto grande de afrodescendientes del Caribe: creoles y garífunas. Cada viaje nuestro formaba parte de esta investigación. Realizamos un recorrido extenso, desde Bilwi, pasamos por Karatá hasta llegar a Limón, en Costa Rica. Recorrimos las comunidades pobladas por negros,  toda la costa Caribe de Nicaragua”, expresan.

Si bien el aspecto personal conmovió a ambas cineastas a emprender este encuentro y a dilucidar cuestiones históricas, socioculturales sobre sus raíces, también el entorno les permitió analizar y entrar cálidamente en las cotidianidades y círculos sociales, no solo de los costeños de Nicaragua, sino de los de Honduras y así, establecer puntos de conexión donde lo amistoso y humano prevalece. Es a partir de tres personajes centrales que comprendemos mucho más la extensión de la palabra identidad.

Al respecto, Martha Clarissa Hernández insiste, no es casual que Manuela Morales una de los tres personajes protagónicos en nuestro primer documental de Luna Films, Lady Marshall, sea el mismo personaje central 25  años más tarde en este nuevo trabajo, ella representa la síntesis de lo que significa ser garífuna, la avidez por conocer más sobre su historia, lengua, el querer entender de dónde vienen. En el caso de Dady, se ve ese anhelo que todo ser humano experimenta, indistintamente al grupo étnico o indígena al que se pertenece. La idea de hacer el viaje a Honduras apareció a partir de una entrevista donde él nos comenta el sueño por conocer el lugar de procedencia de sus padres.

“Nosotras como realizadoras quisimos remontarnos en ese sueño y convertirlo en algo nuestro también. Fue como una introspección al conocimiento de un grupo, del cual supe desde que nací, lo garífunas en Honduras son uno de los grupos étnicos más fuertes, por su cultura. Dady, en cierta manera, significa la ilusión del pueblo garífuna nicaragüense”.

“Es un líder natural dentro de la comunidad, referencia para el resto. Una autoridad, no de mandato férreo, sino más espiritual, moral, cultural, los jóvenes le preguntan y él les enseña y trasmite sus conocimientos. Son los más ancianos los que tienen un liderazgo por excelencia. Especialmente si hay algunos que tienen poderes sobrenaturales, el Suquia, figura respetada y querida en la comunidad”, afirma Hernández.

Al explicar sobre las características de los personajes María José Álvarez continúa, los tres protagónicos representan cosas diferentes, Manuela es una mujer pescadora, sencilla, siembra para comer, y está con el afán de adentrarse en sus orígenes; Kensy Sambola, descendente de garífunas, estudió antropología y aprovechó su profesión para aprender de su historia y Dady, un señor de 89 años, ansioso por cumplir un sueño y hacer perdurar también la identidad.

El equipo de realización, junto a los personajes, viajó hacia Tocamacho, Honduras, Martha Clarissa asegura que para los tres personajes ese viaje fue un descubrimiento, un encuentro para ellos y con ellos mismos.

Motivaciones

“Encontrar a un pueblo garífuna distinto de hacía mucho tiempo, en pleno reconocimiento y empoderamiento. Una comunidad en proceso de vivificar su cultura, su lengua, e historia. Comprendimos lo valioso de hacer un documental sobre ellos, atendiendo al desconocimiento a nivel nacional y la invisibilidad que recibían los garífunas en su entorno. A pesar de que la UNESCO los designó Cultura Intangible de la Humanidad”, agregan las cineastas.

Asimismo, apuntan aspectos históricos esenciales, los garífunas de Nicaragua llegaron a la zona a finales del siglo XIX, inicios del XX, y fueron completamente asimilados, se mezclaron con los creoles, así que perdieron su lenguaje.

“El hecho de encontrarlos, bailando Punta, en la confección de sus tambores y aprendiendo estas técnicas, preocupados por entender el garífuna,  en plena revitalización de su cultura, comenzamos a sentir la importancia de hacer este trabajo. En Nicaragua hay muy poco material escrito, de hecho, no hay muchos investigadores en el país que estudien la cultura garífuna, ello, sumado a ese instinto que le pulsa a uno como realizador, ver lo diverso, eso que no se tiene en lo rutinario y que llama la atención, cómo elaboran sus comidas, el danzar de una forma que nunca habíamos visto o el lenguaje que no comprendemos, y saber que esa diferencia es parte nuestra también”, argumentan.

El documental tiene la agudeza de tratar espiritualidad, misticismo, a partir del registro de la cotidianidad, donde prevalece la lucha constante por el rescate de sus raíces; la cultura a través de manifestaciones artísticas: danza, música, arte culinario, congregaciones sociales, enhebran una historia de identidad nacional.

Al decir de las directoras, se trata de un espacio cultural muy rico, pues conviven en medio de distintas cosmovisiones, un mismo lugar, aglutina miskitos, mayangnas, creoles, garífunas, todos coexisten entre sí. Lo primordial para la comunidad de los garífunas específicamente, es que son un pueblo transnacional, las fronteras no son importantes, igual es un garífuna de Honduras que de Nicaragua, se sienten identificados, tienen una sola lengua, una sola bandera.

Maria José Álvarez lo define concretamente, en que somos parte de una misma nación, no podemos sentirnos separados.

“Algunos de los rasgos en común con los cuales me identifico en relación con los garífunas, es su valentía. Cuando tuve la oportunidad de asistir al wallagallo, ritual de la comunidad, y filmarlo, comprendí que Nicaragua es inmensa, estaba ahí, pero al mismo tiempo me sentía en África, una sensación de descubrir cuán amplia es tu identidad, a pesar del lugar donde naces específicamente. No recuerdo tener un conocimiento aterrizado de la Costa Caribe, desde pequeña, y luego de muchos años, entendí que nuestra historia es más grande de lo que creemos”.

Aciertos 

El título del documental: Lubaraun, al encuentro de, la frase nos pareció propicia, exacta para definir la pieza, precisamente es un encuentro de nosotras como realizadoras en el conocimiento de este pueblo, y a la vez, el encuentro de ellos mismos, pues muchos desconocían su propia historia, infiere Martha Clarissa Hernández.

Asimismo, continúa, “creo que este tipo de obras suman al enorgullecimiento de ser parte de un país multiétnico, indistintamente de si eres mestizo, afrodescendiente, miskito, conocer a otras personas que comparten una misma nacionalidad, te hace entender mejor las contradicciones, te enriquece. Nuestra aspiración es que el público en general vea el documental y se identifique con el orgullo que sienten los garífunas de serlo”.

Ambas cineastas nicaragüenses coinciden que el documentalismo per se, es un vehículo que entra de forma amena para contribuir con la educación, la promoción de la cultura de nuestro país, y de la propia identidad. “Con estos trabajos lo que queremos es sumar elementos esenciales en favor de la memoria nacional. En esta profesión, parafraseando a alguien,  trabajamos para el futuro, estamos tejiendo una memoria que nuestros hijos, nietos, familiares, amigos, heredarán”.

Evidentemente, “tenemos en un mismo país perspectivas históricas diferentes y esto  también nos sirve para aprender, que se sepa la riqueza cultural de la que somos parte. Quisiéramos que este trabajo se viera en los colegios: maestros, alumnos, público general. Es importante reconocernos culturalmente, si partimos de ese principio, tendremos definida nuestra identidad”.

Luego de su reciente estreno en Managua, Lubaraun, aún se exhibe en taquilla en las salas de Cinemas Galerías, dispuesto para todo el público. La pieza ha logrado causar las impresiones deseadas, especialmente en los espectadores del lado del Pacífico nicaragüense.

Por otra parte, otras buenas nuevas le llegan al equipo de realización de este documental, de tipo etnográfico. Lubaraun, formará parte de la selección de documentales en la venidera edición del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, en la Habana, Cuba, en su entrega número 36.

 

Sobre el documental Lubaraun, James Countss Early Smithsonian Intitucion, Director Cultural Heritage Policy, USA, ofreció una breve reseña.

“The Filmmakers use powerful symbolic and narrative language of sky patterns, river flows, agro and aqua cultural food- ways, and verdant environs of closely positioned thatched housese and fired hearths to set transnational comunal context of garifuna life-ways in Nicaragua and Honduras. The film shows garífuna in multi-lingual communication- Spanish, English, garífuna, and  community building through song, music-making, and dance. Cultural connections, especially language preservation- usage, are made to Guatemala, New York, Honduras.”

Las cineastas utilizan un poderoso y simbólico lenguaje narrativo con cielos estampados, ríos que fluyen, costumbres alimentarias y culturales, verdes entornos de casas de pajas, una junto a la otra con fogones ardiendo, escenario del contexto transnacional comunal de las costumbres garífunas en Nicaragua y Honduras. El Film muestra a los garífunas en comunicación multilingüe – español, inglés, Garífuna y fortalecimiento comunitario a través del canto, la música y la danza. Se hacen conexiones culturales, especialmente de preservación y uso de la lengua, con Guatemala, Nueva York y Honduras.