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Cinemateca Nacional Nicaragua

The Disaster Artist: El éxito detrás de un rotundo fracaso

Opinión: Rafael Lechado

En The Disaster Artist conocemos la historia de Tommy Wiseau, un excéntrico y muy raro personaje de la vida real, por más que parezca alguien extraído de una ficción por tener una personalidad que raya en lo absurdo aunque al mismo tiempo sea siempre sincero para sí mismo.

Dirigida y protagonizada por James Franco, esta película es un homenaje a una historia que no muchos conocen sobre The Room, película estrenada en 2003 y que es considerada “de la peor de todos los tiempos”, volviéndose irónicamente en un extraño fenómeno de culto para los amantes del cine.

La forma en cómo está filmada The Disaster Artist es casi como que fuese un documental, vemos los movimientos de cámara que van acompañando a sus dos ejes principales: Tommy y Greg Sestero, (interpretados por los hermanos Franco que tienen actuaciones aceptables), quienes buscan cumplir su sueño de ser grandes en Hollywood. Al menos la intención del segundo es más clara que la del otro, quien en momentos se ve como alguien que simplemente no sabe en qué dedicar su vida, ya que -de forma que nadie sabe cómo- tiene una gran fortuna y puede darse el lujo de perseguir cualquier meta sin importar el gasto.

Greg conoce a Tommy cuando éste se excede en una audición en un pequeño teatro en San Francisco. Greg ve en Tommy a un actor de método, de esos que toman cualquier riesgo con tal de mostrar un abanico de emociones. Más equivocado no pudo estar. De hecho ni siquiera pueda apartar su acento europeo (¿alemán?, ¿polaco?, ¿austriaco?) aunque él insista que es de New Orleans, ciudad que no puede pronunciar a como es.

Luego de entablar conversaciones en comiderías y conociendo el lugar donde murió James Dean, Tommy induce a Greg de que se vayan a Los Angeles de una vez por todas para buscar cómo triunfar en la inmensa industria cinematográfica, pero las decepciones llevan a Wiseau a querer armar su propia película, gastándose literalmente millones de dólares en conseguirlo.

Y de ahí pues vemos una serie de momentos vergonzosos, de esos que incomodan al espectador por la desorganización y la falta de talento y ética que tiene Tommy, quien aunque intenta que todo salga “emotivo y real” la verdad es que él carece de cualquier ápice de autenticidad. “Es como un vampiro, un villano” decían muchos sobre él y la verdad que tenían razón.

The Disaster Artist nos conduce hasta la fecha de exhibición en el cine de esta desastrosa película y el resultado es algo que es mejor miren por su cuenta.

Lo que sí podemos contarles es que cuando lleguen a ese momento ya habrán reído por tantas ridiculeces que se observan en la producción de la misma, una que esta película de 2017 nos refleja muy bien.

En buena parte estamos detrás de cámaras y conociendo las relaciones laborales de Tommy con su equipo así como esa casi obsesión con su amigo “cara de bebé” Greg, el que hace un gran esfuerzo por soportar todo a su alrededor por más que sepa en su interior que todo se viene desmoronando.

James Franco con ayuda de Seth Rogen (quien inevitablemente aparece en este filme) y otros productores parecen haber hecho un buen trabajo adaptando el libro que lleva el mismo nombre a la gran pantalla.

La que es considerada como la “Ed Wood (Tim Burton) de una nueva generación” puede que sirva de inspiración para aquellos pequeños cineastas a no rendirse nunca, por muy malo que salga la experiencia es un camino recorrido y del mismo hay mucho que se puede aprender.

Finalizamos diciendo que la película es muy entretenida, bastante cómica (“You’re tearing me apart Lisa!”), aunque hay momentos que hasta sentimos lástima y agarramos cariño por este “genio incomprendido”, aspecto que se alcanza cuando tenés una dirección correcta, un guión específico y actores que responden a lo necesario, algo que The Room nunca estuvo siquiera cerca de cumplir.

“Oh, Hi Mark!”